Un futuro de orígenes
Mi tío abuelo ya cultivaba abejas, él, enseñó a mi padre, y desde entonces, en mi casa siempre ha estado presente el tonel de miel donde metíamos la cuchara, a escondidas, los cuatro hermanos de mi familia.
Ahora, mi padre, me trasmite su conocimiento, día a día, y yo aporto mi visión actual, para innovar tradicionalmente y lograr un equilibrio de excelencia y refinamiento estético.
Mi proyecto apícola se sustenta en la práctica de la apicultura simbiótica, basada en una asociación íntima con mis colonias de abejas, beneficiándonos mutuamente en el desarrollo vital. Procuro que las abejas vivan en condiciones muy semejantes a las que tendrían de forma silvestre, con la mínima intervención en las colmenas y ubicando a las colonias de forma permanente en espacios naturales donde apenas hay presencia humana.
Trabajo por la dignificación del trabajo en el campo, siguiendo la tradición heredada por varias generaciones, con el fin de elevar el valor de la apicultura local estante como aprovechamiento tradicional que contribuye al sostenimiento de las formas de vida del mundo rural, en armonía con el entorno donde se desarrolla. Innovando con productos exclusivos, elaborados artesanalmente, buscando un alto grado de calidad y excelencia estética, portadores de la sencilla, pero poderosa belleza de la naturaleza.
Practico la apicultura tradicional estante. Las abejas silvestres están desapareciendo. Por ello mis colonias son de abeja autóctona Apis mellifera iberiensis y viven los 365 días del año en el mismo sitio, polinizando especies que florecen en cada una de las estaciones, lo que propicia mayor diversidad.
La elección del lugar donde se ubican mis colmenares se realiza mediante un estudio consciente de la flora melífera presente en el entorno, el escalonamiento de la floración y su interés apícola para el mayor aprovechamiento de los recursos nectarios y poliníferos, aplicando criterios de calidad, salubridad y rentabilidad económica en equilibrio con la dinámica vital de las abejas.
Mis colonias de abejas están en la Sierra de Guadarrama, paraíso verde por excelencia del interior peninsular, con la categoría de Parque Nacional y Reserva de la Biosfera.